miércoles, 30 de abril de 2014

Vuelo Lima Arequipa Lima

Despegamos del aeropuerto internacional Jorge Chávez, ciudad de Lima, en uno de los  vuelos nacionales con destino a la ciudad de Arequipa. La aeronave levanta ligero vuelo, prontamente nos vemos por sobre el Río Rímac, cruzando el distrito de Carmen De La Legua Reynoso; siguiendo la ruta de vuelo, sobrevolamos los limites distritales de San Miguel, Pueblo Libre y  Magdalena del Mar, en que en éste último, traspone el litoral limeño adentrándonos cada vez más en el mar de Grau a medida que la nave gana  altura. Se puede divisar todo el Circuito Playa antes de  adentrarnos en el colchón de nubes que cubre, casi en su totalidad, el litoral peruano. 










Transcurrido un buen tiempo  de vuelo, el avión realiza un suave viraje hacia la derecha, hacia la bahía de Paracas, dejando tras de sí el mar de Grau, que a esta hora permanece cubierta por densas capas de nubes. Conforme nos adentramos más en el continente, se visualizan nubes esporádicas que entre dejan visualizar el relieve agreste; la topografía accidentada de secas  quebradas y valles encajonados entre elevadas montañas van indicando que sobrevolamos el departamento de Arequipa. Se escucha el aviso del piloto dando la orden para preparar el descenso en el aeropuerto Alfredo Rodríguez Ballón de la ciudad de Arequipa. 































Se perciben extraños trazos coronando las cienes de los cerros que asemejan a las líneas de Nazca, pero son lotizaciones del suelo.












El descenso es suave y confortable.







Retorno en el primer vuelo de la mañana tras una permanencia de dos días en la ciudad arequipeña. Mi vuelo sale a las 7:55 de la mañana y, con la debida anticipación, espero horas antes en la sala de embarque mi programada salida matinal. Esta vez voy en el primer asiento, en la ventana de lado derecho. A través de ella realizo tomas del aeropuerto Alfredo Rodríguez Ballón mientras terminan el conteo de los pasajeros para el inicio del despegue. 



Autorizan el despegue de la aeronave que inicia su frenética carrera por la pista hasta dejarla atrás y posesionados en la altitud requerida vamos pasando por sobre el distrito de cerro Colorado, más adelante pasamos sobre la autopista La Joya, unos minutos más estamos sobre el valle de Vítor y  el río Majes, y al cabo de un rato diviso el valle de Camaná, que indica la proximidad de la costa.











Un pestañazo y despierto sobre el valle de Ica con rumbo a la reserva de Paracas, desde donde se aprecia la bahía del mismo nombre franqueada por la isla de Sagayan y un poco al noroeste los islotes de las islas Ballestas, mientras se sobrevuela el valle de Pisco, para adentrarnos nuevamente en el mar de Grau, que dada mi ubicación lo aprecio en todo su esplendor. 











Terminado el refrigerio  escuchamos la voz del piloto dando las indicaciones del inicio de las maniobras de descenso.




Rato  más tarde sobrevolamos una gran isla, es San Lorenzo, ya estamos en Lima.





Dado el tráfico aéreo en la ciudad de Lima, el avión sobre vuela el distrito del balneario de Ancón, con lo cual se posesiona y enfila con la pista del aeropuerto Jorge Chávez, pasando por el malecón las colinas, Isla las gemelas, Santa Rosa, Muelle Sur, ovalo 200 millas entre Nestor Gambetta y Elmer Faucett; y aterrizamos en Lima.













No piensen que estoy en uno de los micros urbanos de la gran Lima, es el servicio de tierra que recoge los pasajeros de la nave y nos transporta al terminal aéreo de Lima.